jueves, 18 de septiembre de 2014

CFK


El kirchnerismo me interesa, el kirchnerismo creo que no me sirve para nada, me parece absurdo, me interesa que me parezca absurdo, me cuestiono por pensar que es absurdo. Una no puede dejar de tener la sensación de que en Europa no hacemos ninguna concesión a lo reformista y que así nos va. Pero también, una no puede dejar de sentir que las formas de organización política de aquí o son obsoletas para Europa o son sencillamente inoperantes, teniendo en cuenta las diferencias de disponibilidad de recursos, cultura, idea de nación, historia recorrida. El hecho de que la gente quiera a alguien que se llama Máximo Kirchner porque es hijo de Cristina y Néstor resulta vergonzoso desde un análisis político serio pero no deja de operar socialmente; ; vergonzoso que lxs militantes decidan tomar partido de esa pasión ; ; lo más preocupante es, por ejemplo, que no paro de sentir que todxs aquellxs que me hablan mal del kirchnerismo o son unxs privilegiadxs que no van a cambiar por nada (y menos por el reparto de la riqueza) su situación frente al resto, o son simplemente gente al margen de la sociedad, al margen en un sentido individualista extremo que nada me arregla. Lo más extraño es, también, que parece que no hay un 'afuera' de esto o que todo el mundo trata de convencerme o de que no lo hay o de que habiéndolo no merece mi atención.
Estrategia por transparencia. Personalismo con populismo. La connivencia, ¿quién puede permitirse ser puro? Quizás todas estas preguntas son cuestionamientos en un país con ilusión, joven, digamos, en el que la idea de nación (¡¡la idea de nación!! ¿?) sirve; nada de lo que los atañe como país nos atañe como país; diría que toda persona inteligente que en España se proponga hacer política partiría de la idea de 'estado' como algo accidental, no básico, no sustento de nada. Queda todo tan fuera de lo que puedo, de lo que digo que puedo, lo que pienso que puedo. Mucho menos aceptaría discursos personalistas, creo, palabras que entiendan que una persona vale más o mejor que otra para tal o tal cosa: paradigma moderno. ¿Toda Argentina será yo vs? ¿Podemos aceptar sin valoraciones jerárquicas que quizás todo lo que es llamado Europa hoy & toda la pseudo-colonia alemana que devenimos no va más a transcurrir por ese paradigma? 
¿Y qué hacemos sin embargo con el voto? Por cierto, ¿quién no se ha definido intelectualmente por encima por no votar? ¿Quién ha en cambio dicho con orgullo 'que mi voto no valga nada significa que no me identifica'? Quien se atreve, en España, a no quedar juzgado por su voto, porque el voto ya no significa tal, que no signifique tal; el voto y la acción política son como el género y la sexualidad; podríamos empezar a liberarnos, y a no subsumir uno a otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario